Lamborghini
Fue en 1958 cuando Ferruccio Lamborghini viajó a Maranello para comprar un Ferrari, específicamente un 250GT. Tiempo después se dio cuenta que no era lo que esperaba. Si bien, pensaba que los Ferrari eran buenos, también creyó que eran muy ruidosos y que no eran apropiados para la calle, incluso los llegó a catalogar como vehículos adecuados para las pistas pero con interiores muy pobres.
Un día, Ferruccio se dio cuenta que el sistema de embrague de su Ferrari era de menor calidad, por lo que tuvo que ir directamente a la fábrica del Cavallino Rampante para poderlo reparar. Molesto por el mal servicio que le otorgaban los ingenieros y las fallas constantes en el auto, pidió personalmente a Enzo Ferrari que reemplazaran la pieza que fallaba en el sistema de embrague, a lo que Ferrari le contestó: “eres sólo un constructor de tractores ¿cómo puedes saber algo de autos deportivos?” Ferruccio lo tomó como un reto y gracias a ese momento hoy contamos con uno de los mejores exponentes de súper deportivos en la historia de la industria automotriz a nivel global.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Ferruccio Lamborghini fue supervisor de mantenimiento para la Real Fuerza Aérea Italiana.
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